LA DIVISIÓN…. DE PENSAMIENTO.
Estos días se está viviendo la división de España. Pero no me
estoy refiriendo a la división entre España y Cataluña, si no en la división
entre aquellas personas tolerantes, que defienden la pluralidad de ideas y de sentimientos,
y las personas intransigentes que defienden el odio y consideran que tienen la
verdad absoluta. En cierta medida es como la España dividida entre la tortilla
de patatas con o sin cebolla, parece que jamás habrá consenso. Llega un momento
que una se plantea ¿y si dialogamos para hacer una tortilla con pimiento para
que todos estuviéramos de acuerdo?, pero está claro que aquí eso de dialogar,
de llegar a consensos, de ceder, de ponerse en la piel del otro, de preguntar
al pueblo, etc. es una utopía, aunque no sé porque me suena que quizás en otros
países muy muy lejanos de la unión europea si se hace, pero en fin, serán
historias que he oído por ahí que no tienen nada que ver con el sistema
democrático tan bien formado, y sin fisuras que tenemos en nuestro país.
Entiendo los argumentos que defienden las personas que están en
contra del referéndum; “no es legal” “no tiene garantías”, bien, eso es cierto,
pero como bien se está recordando estos días, es fundamental que si una ley no
está a la altura de las circunstancias, si atenta contra la libertad del pueblo,
se luche por cambiarla. Las leyes no son estáticas, son mejorables, y para eso
está la política. La política es escuchar al pueblo, gobernar para el pueblo, y
legislar para cumplir las garantías y defender los derechos de los ciudadanos y
ciudadanas. Si una ley atenta contra eso, esa ley está mal. Por tanto no me
vale el argumento de “no es legal”, porque la legalidad depende de la voluntad
política.
En mi caso personal me gusta que como ciudadana se me pregunte por
mis intereses, y no únicamente cada cuatro años. Ojala la palabra referéndum
fuera algo más habitual en nuestro medio y no estuviera solo ligada a Cataluña,
ojala referéndum fuera lo que se hiciera cada vez que se quiere aprobar o
derogar una ley, cada vez que se quieran invertir presupuestos públicos, etc.
Pero como no estamos acostumbrados a que se nos pregunte de manera pacífica lo
único que hacemos es salir a las calles, cada uno del lado que está más a gusto
a gritar, ya que nadie se para a escuchar las palabras que se dicen sin subir
los decibelios recomendados.
Por otro lado, gracias querida mi majestad, por no preocuparte por
los heridos, por no condenar aquella violencia que se ha ejercido contra las
personas que han decidido de una manera pacífica expresar su decisión, y que
han intentado por medio de la política y el dialogo no llegar a esta situación,
porque ha quedado aún más claro en que parte de las dos Españas esta, en la de
los intransigentes.
Vivimos momentos de cambios, como en todas las etapas, hay que
evolucionar, cambiar y a ser posible mejorar. Como enfermera me planteo, ¿será
Cataluña un sitio menos donde poder presentarme a las oposiciones? ¿ahora las
enfermeras en lugar de ir a Inglaterra y a Alemania emigrarán a Cataluña?. En
fín, todo se verá. Os lo seguiremos contando en los siguientes capítulos.
Märia Barrera
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