Paradoja meningocócica. El Bexsero.

Es curioso cómo funcionamos los humanos. Las paradojas siempre me han parecido curiosas. La que más me había sorprendido hasta la época era en el ámbito criminológico: la población cuanta más seguridad tiene a su alrededor mayor es la percepción de inseguridad. A día de hoy, la sensación ha sido la misma cuando ha aparecido la vacuna contra la meningitis tipo B, la famosa Bexsero que está siendo Trending topic en parques y asociaciones de padres. 

Desde hace muchísimo tiempo la meningitis tipo B es conocida como una de las enfermedades, casi siempre pediátrica, más importantes y peligrosas. La mortalidad de esta enfermedad ronda el 10% aunque su frecuencia es baja y las secuelas se producen en el 30% de los supervivientes. Produce la inflamación de las meninges y es de evolución muy rápida (horas). Los principales signos de alarma son fiebres altas, rigidez de nuca, vómitos en escopetazo y las famosas petequias (manchas rojas en la piel que no desaparecen con la presión). 

Hasta hoy, pediatras y padres asumían que en ausencia de vacuna comercializada para la población, que existía la enfermedad y que si, se daban casos, pero era cuestión de "mala suerte" si nos tocaba. Si te toca es una verdadera desgracia pero los padres y madres “dormían” con tranquilidad y más en situaciones como la actual, en la que la prevalencia de la enfermedad es muy baja. Pero, sale el Bexsero en octubre y saltan las alarmas, alarma que no existía en septiembre cuando la prevalencia en ambos meses era la misma. 


Y he aquí la paradoja, ahora que sale la vacuna y como todas las vacunas, es muy segura (aunque sea algo más reactógena) y nos va a proteger de entre el 60-70% de las cepas que causan las meningitis, es cuando más miedo nos entra con la enfermedad y cuando salimos en masa de casa a la farmacia a solicitarla habiendo una demanda de 1.500.000 vacunas que sobrepasa a la farmacéutica y lo que genera un desabastecimiento nacional. ¿Por qué en septiembre dormíamos tranquilos y en octubre ya no? La situación no ha empeorado, cuando menos habrá mejorado, porque ya existe la vacuna. 

Pero el Bexsero no ha generado únicamente casi pánico con respecto a la enfermedad, si no que ha generado debates y controversias del por qué no se subvenciona, los pro-vacunas critican a los no-vacunas y nos no-vacunas a los pro-vacunas, batalla campal que solo genera más dudas y miedos. Y aquí, enfermería juega un papel muy importante en la información a padres y madres. Roberto Fernández de Pinedo, un pediatra vasco ha recogido en un artículo todas estas dudas y miedos y ofrece una visión intermedia que en mi opinión es lo adecuado a la hora de dar información a padres y que estos tomen su decisión de vacunar o no de una forma coherente con su situación actual y sobre todo en base a una información bastante clara, concisa y entendible.


   
Pero, no puedo evitar que se me vea mi plumero pro-vacunas y dejaré un esquema para padres que me encantó y que considero que todo padre-madre que esté en duda si vacunar o no a sus hijos debería leer:







 Virginia Jiménez.

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