"Somos sentimientos y tenemos personas"


Capítulo aparte merecen todos los mitos, tópicos e ideas infundadas que se pueden atribuir a los profesionales de la salud. Hoy me centraré en aquel que plantea si se debe llorar con y/o delante de los pacientes. 

Recuerdo una asignatura optativa de la carrera (la asignatura María vaya), se llamaba Cuidados Paliativos. La asistencia era opcional, las facilidades para aprobar: todas, la disponibilidad de la profesora: total, el conocimiento que transmitía: difícilmente tangible, aún y así la profesora no escatimaba en literatura que aportaba resultados basados en su experiencia y en la evidencia. Toda la evidencia que puede haber de la gestión de las emociones, del duelo, del acompañamiento y ...  del sexo de los ángeles.  

Un día las estudiantes exclamábamos con sorpresa: "pero y cómo nos vamos a poner a llorar delante de ellas (las personas enfermas o en situación terminal)". Y su respuesta con la misma naturalidad de quién da los buenos días fue: ¿ Y por qué no?

Lógicamente, tiene matices, la unidad dónde se trabaja, el vínculo que se tenga, el momento del proceso... Actuar diligentemente o con prudencia Aristótelica (phronesis) conlleva lo que se podría mal resumir con aquello de "decir las palabras acertadas, con el tono ajustado , en el momento preciso a la persona adecuada." 
Y además nos encontramos con la gestión de las emociones. Las propias y las ajenas. De las que nos percatamos y las que no nos permitimos enseñar ni a nosotras mismas. Las que se producen dentro del equipo de trabajo, entre las familias, entre los pacientes...y un etc. casi infinito entre todo lo que interacciona. 

Somos sentimientos y tenemos personas, que diría el poeta. Tan fácil como eso. Poner corazas, mostrar excesiva sensibilización o desensibilización puede ser igual de perjudicial para la salud. La nuestra y la de quienes cuidamos. 

No daré más argumentos. Se podría plantear un debate infinito. Pero creo que antes de dar razones (teóricas) a favor y en contra, el partido se juega de puertas para adentro, cada una consigo misma. Así que suerte a cada una en su andanza.
Os dejo unas imágenes de un profesional que no tuvo reparo en llorar delante de sus "pacientes" y algunas de sus frases que se pueden extrapolar a ... a la vida.

"...Si quererte es un pecado, el infierno será todo nuestro"

"Les he dicho que lloren, pero con la cabeza alta. No tenemos razón para bajarla".

"En cuanto a lo profesional, es el día más triste de mi vida. En cuanto a lo personal, también".

"Lo hemos intentado hacer lo mejor posible. Lo sentimos (...)."

"Hacía tiempo que no oía un silencio tan desgarrador como el de hoy"

"Estos momentos son de tristeza, pero también de orgullo. Hemos dado todo lo que hemos tenido".

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