A3IA, un nuevo capítulo sobre NeoNatología


"¡Sergi! Deberías hacerte mirar esa tos" le decíamos a un amigo hace unos días, "no suena nada bien". Durante un primer instante se limitó a decir "siempre la tengo así", pero ante nuestra insistencia, claudicó y lo confesó: cuando nací tuve atresia de esófago. 

Hace unos 40 años, en Mallorca, nacer con atresia era sinónimo de "¿han pensado ustedes en tener otro hijo?" (comentario real). Sin embargo, en los hospitales de primer nivel ya se trataban con normalidad. Pero ¿de qué estamos hablando?

Se trata de una malformación congénita que, en esencia, deja incomunicado el esófago con el estómago.

Aunque antes del parto se puede sospechar de su existencia por polihidramnios, a consecuencia de que el bebé no deglute líquido amniótico, el personal de enfermería juega un papel muy importante durante las primeras horas del lactante. ¿Por qué? Porque durante la primera toma, si no se ha comprobado antes, frente a síntomas de atragantamiento o asfixia, como cianosis o dificultad respiratoria, debemos sospechar que la leche no ha ido hasta donde tenía que ir.

Pero vamos a empezar por el principio


Se han clasificado las atresias esofágicas en cinco tipos:
  • Tipo I: sin fístula (8% de los casos)
  • Tipo II: con fístula superior (1% de los casos)
  • Tipo III: con fístula inferior (80% de los casos)
  • Tipo IV: con fístula en ambas partes 
  • Tipo V: fístula en forma de H, no se trata de una verdadera atresia

Una forma sencilla de confirmar el diagnóstico es introduciendo una sonda naso gástrica, la imposibilidad de conseguirlo sería muy sugestiva de atresia de esófago.

En la mayoría de centros hospitalarios, ante un nacimiento se comprueba la permeabilidad del esófago introduciendo una sonda naso/orogástrica. Si ésta no progresa más de 10cm desde la arcada dentaria hasta el cardias estomacal es que algo no es normal.

En caso de no llevar a cabo esta prueba, se observará la hipersalivación del recién nacido, lo cual nos daría otra pista de la atresia.

Mediante radiografía se puede confirmar el diagnóstico.


En ambas radiografías podemos ver sendas atresias esofágicas de tipo I. En la primera se ha comprobado mediante contraste y en la segunda mediante sonda radiopaca.

Por suerte, desde finales de la década de los años 30, esta malformación ha dejado de ser incompatible con la vida, aunque en Mallorca eso tardó bastante más. 

El tratamiento quirúrgico ha conseguido que la mayoría de estas atresias sean operadas con éxito. La tasa de supervivencia depende también de la edad gestacional, del peso y del nivel de desarollo del neonato.

Por si tenéis curiosidad, os dejo un vídeo con una intervención quirúrgica mediante toracoscopia:


Comentarios

Entradas populares de este blog

LAS PREGUNTAS HIPOCRÁTICAS

¡CUÁNTA TENSIÓN!

10 COSAS BÁSICAS DE NEONATOLOGÍA QUE DEBES SABER SI TRABAJAS CON BEBÉS (O SI VAS A TENER UNO) - 1ª PARTE