EL VENENO BLANCO

Nadie guardaría matarratas junto a los espaguetis. Nadie mezclaría matarratas para hacer bizcochos o galletas. Nadie bebería un refresco si llevase matarratas. Y sin embargo, lo hacemos.

Que esta afirmación tan sensacionalista y un tanto demagógica no oculte una de las principales causas de deteriorio de la salud de occidente: el azúcar.

He encontrado este ejemplo en mercola.com
La principal fuente de calorías en los Estados Unidos proviene del azúcar- en especial del jarabe de maíz de alta fructosa. Basta con echarle un vistazo a las tendencias de consumo de azúcar de los últimos 300 años: [1]
  • En 1700, la persona promedio consumía alrededor de 4 libras de azúcar al año.
  • En 1800, la persona promedio consumía alrededor de 18 libras de azúcar al año.
  • En 1900, el consumo individual había aumentado a 90 libras de azúcar al año.
  • En el 2009, más del 50 por ciento de los estadounidenses consumía media  libra de azúcar al día- lo que su traduce a unas sorprendentes 180 libras de azúcar al año

Está íntimamente ligado el aumento del consumo de azúcar con el auge de las enfermedades relacionadas con su consumo, siendo la diabetes la más famosa.

Fuente: El Mundo

Internet está plagado de artículos de todo tipo que se pregunta si ¿es tan malo el azúcar?

Podríamos asumir que entendemos que el azúcar es dañino, tóxico, veneno, perjudicial, o como lo queramos llamar según nuestro nivel de conciencia y alarma, pero ¿sabemos cuando comemos azúcar? ¿sabemos cuánto azúcar comemos?

Por eso me parece tan interesante el poryecto de SinAzúcar.org quienes se han hecho esa pregunta y la responden en forma de inteligentes fotografías.





No se salva nada: ni los productos supuestamente dietéticos, ni las galletas infantiles ni las bebidas para deportistas.

Este tema se toca tangencialmente en la miniserie Cooked, en el episodio titulado Agua, en el que se desmenuza el funcionamiento de la industria alimentaria y de cómo la comida procesada es más rentable a la par que menos saludable, por no hablar de los efectos sociales.

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