Un día de Cuidado

Resultado de imagen de la riqueza invisible del cuidado
Hoy es el día internacional del Cuidador. Felicidades. Como estaréis ocupadas cuidando al personal, no os haré perder mucho tiempo, simplemente algunas reflexiones: 


El cuidado es consustancial a nuestra existencia. Como es una obviedad se nos olvida. Es como recordar que respiramos aire. Y lo que es obvio acaba pasando a ser invisible. Lo esencial es invisible a los ojos como decían en el Principito.

La enfermería es la ciencia que estudia el cuidado. La enfermería no se aplica. Se aplican los cuidados. ¿Qué ocurría si no hubiese millones de personas en el mundo (mujeres) cuidando? ¿Cómo repercutiría en la economía mundial? ¿en el tejido productivo, social, económico y político? ¿qué impacto supone en el PIB de un país el tiempo destinado a producir "cuidados"? ¿Cómo se cuantifica esa riqueza invisible? Estas y otras preguntas responde la Catedrática en Economía María Ángeles Durán en su libro La Riqueza invisible del cuidado. 

También podéis escuchar a nuestra hermana con su lucidez y dulzura explicar con toda claridad y contundencia la fuerza de su pensamiento para todos los públicos en la entrevista que le hicieron hace un mes en Otra Vuelta de Tuerka. 

Me permito un consejo. Cuídense. Mímense. Dense un capricho. Recuérdense cual es el motivo que les levanta de la cama a diario y cuídenlo. Cuídesen, déjesen cuidar por la comunidad y formen parte de las redes de cuidados comunitarias. Porque si no lo hacemos, nadie lo hará por nosotras. Sororidad hermanas.

Y por último, hoy asistí a una jornada de Mujeres cooperantes, una narración de cómo mujeres realizan cooperación en favor de otras mujeres y como las mujeres cooperan entre ellas en situaciones de precariedad para sostener familias, infancia, cultivos, tejidos, hogares... en cualquier caso, estas jornadas siempre acaban con el contradictorio sabor de boca de evidenciar que el mundo está lejos de ser lo que debería ser, no obstante hay personas que no renuncian a cambiar el mundo en la medida que ellas puedan, y eso da un halo de esperanza en la humanidad. Y además, nos recuerda que si nuestra existencia tiene algún sentido o lo encuentra en alguna parte, probablemente resida en algo tan simple y llano como ayudar al prójimo. El sentimiento y la sensación de dotar sentido a nuestra existencia conectando con otra persona y colaborando juntos por la vida, sea probablemente el leitmotiv más compartido por religiones, teorías políticas, ideologías, espiritualidades y todo aquello que en palabras de Terencio resumía como  "nada de cuanto sea humano nos resulte ajeno". 

Esa pequeña parcela de nuestra esencia se siente reconfortada, de manera análoga a la que a veces conseguimos sentirnos con las obras de arte. 

Personalmente, les diré que el Arte ha hecho por mí más, que todas las horas de terapia. Y así me va. Para muestra, imaginen que en nuestra vida nos comportásemos como Rosalía en cada una de sus actuaciones. Teniendo en cuenta todos los detalles, poniendo atención total, mimo e intensidad cuidada a cada gesto, entonación, coreografía, coros, baile... Les dejo el último ejemplo, "pienso en tu mirá, clavá, en el pecho" en una magistral actuación colectiva de mujeres, con toda su fuerza, con toda su alma, con todo su cuidado, sensibilidad, pasión, inteligencia... en definitiva con toda su feminidad que es capaz de poner en juego todas esas capacidades a la vez y de forma simultánea en favor de los demás, de la colectividad y del cuidado de los suyos, que somos todos. 

Cuídense
Franjuan

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