No entiendo por qué no le deja #25N #ViolenciaMachista



Luz, que acaba de salir del hospital tras un ingreso por un traumatismo craneoencefálico provocado por una caída a causa del empujón que le ha dado su pareja, entra en la consulta de enfermería para hacerse el control mensual de su hipertensión causada por las cefaleas y el estrés que sufre a diario. Margarita, su enfermera, tras enterarse de lo que le ha pasado a Luz le pregunta indignada  “¿pero por qué no te separas?” “No entiendo por qué no le dejas”, “vete de casa, vete a casa de tus padres o de una amiga”, “denúncialo” etc.

En este caso Margarita la enfermera quiere lo mejor para Luz, y le intenta ayudar dándole el consejo que considera que es más acertado, pero hay algo que Margarita tiene que saber. Como diría la enfermera y activista feminista Henar Sastre ¿Qué pasaría si una persona se alimentara solo de pan y manzanas? Probablemente no nos moriríamos, pero si tendríamos muchas carencias. Si además añadimos a esto que un día decides dejar de comer manzanas ya solo te queda comer pan, y quizás solo con eso ya no podemos sobrevivir. Esta metáfora es extrapolable a lo que le ocurren a muchas mujeres que sufren violencia por parte de su pareja. Llevan toda la vida oyendo y aprendiendo  que nos tenemos que alimentar del apego y el cuidado de nuestra pareja y de nuestros hijos e hijas. Hay mujeres que todo lo que tienen es su pareja, y para estas mujeres acabar con su relación es fracasar en su vida, es quedarse sin lo único que les ha alimentado durante tanto tiempo, es decirle a sus familiares y amigos “no soy nadie, porque todo lo que tenía lo he perdido”. Tenemos que comprender, que muchas de nosotras nos nutrimos de muchas más cosas; nuestro trabajo, nuestros amigos y amigas, nuestros estudios, nuestra familia, de nosotras mismas (muy importante este último) y sí, también de nuestra pareja, pero esto no lo es todo. Por tanto Margarita tiene que hacer un trabajo de empatía, entendiendo la situación de Luz. Por ello antes de dar un consejo como ese tenemos que aprender hacer una escucha activa, y entender la situación de la que parte Luz. Separar a alguien de la idea de “él lo es todo” o de “ser para el otro” no es fácil, puesto que es algo que se ha ido gestando desde la infancia, desde que la matrona dice “es niña”. A esto es a lo que llamamos mandatos de género; esos vínculos que nos anclan en dar y recibir afecto, aprendiendo que “somos porque damos”, llegando a  soporta esa violencia ya que el apego que se siente está muy arraigado en nuestro ADN.


La enfermera Margarita debe saber que la violencia es un problema de salud, por ello hay que sanitarizarla, y no debemos banalizar las situaciones que pasan por nuestras manos. Como sanitarias, somos un colectivo que atendemos a todas aquellas personas que sufren violencia, aunque cuando les atendemos el “motivo de consulta” siempre es otro. Aún no aparece como violencia de género o violencia simbólica, si no que aparecerá como cefaleas, insomnio, contusiones, disfunción sexual, etc. Las mujeres que sufren violencia de manera continuada incluyendo violencia física generan la capacidad de disociar mente y cuerpo, y pueden llegar a no sentir dolor físico, por lo que no acuden a los servicios sanitarios por problemas físicos, y es la mente la que la da la voz de alarma con cuadros de ansiedad, depresión, estrés, etc.

La relaciones de confianza entre profesional sanitario y paciente y entender los malestares que conllevan sufrir violencia son la base para ayudar a las mujeres que sufren esta lacra.


Hoy en día tenemos muchos materiales que van enfocados a los profesionales para realizar una atención adecuada hacia las mujeres que sufren violencia machista. Pero quiero centrarme y recomendar un libro maravilloso que ha publicado la enfermera Rosa Mª Martínez Ortega llamado “Atención y cuidados profesionales a mujeres de Violencia de género” editado por FUDEN. En este manual completísimo podremos encontrar cuales son los recursos y herramientas para atender a las mujer. Un ejemplo de lo que podemos encontrar es el protocolo de actuación ante la sospecha de un caso de violencia de género así como los recursos que existen.

PROTOCOLO DE ACTUACION FRENTE A LA VIOLENCIA DE GENERO
Detención y Valoración
-          Abordar los aspectos psicosociales en la consulta
-          Indicadores de sospecha
-          Identificación. Pregunta específica de maltrato
-          Valoración psicosocial
-          Valoración de situación de violencia y de riesgo
Intervención
-          Información acerca del problema
-          Trabajo en la consulta y seguimiento
-          Registro en la historia clínica
-          Intervención de trabajadores sociales de los Equipos de AP y AE
-          Derivación a servicios sociales especiales si precisa; Salud mental de AP, de AE y de Hospital
-          Actuación con hijas/hijos y otras personas dependientes si las hubiera
-          Emitir cuando proceda el parte de lesiones e informe médico correspondiente.

El observatorio de género de la Comunidad de Madrid ofrece a los profesionales sanitarios una guía para detectar los efectos más frecuentes en las mujeres que sufren violencia:

§  Cambios del estado de ánimo
§  Tristeza
§  Baja autoestima
§  Dolor de espalda o articulaciones, dolores de cabeza, musculares
§  Ansiedad o angustia
§  Irritabilidad
§  Insomnio
§  Fatiga permanente
§  Pérdida de apetito
§  Falta de deseo sexual
§  Problemas digestivos (dolor abdominal, desórdenes gastrointestinales, colon irritable).

Otros daños posibles son:

§  Daños físicos debidos a las agresiones directas (traumatismos, heridas, quemaduras, fracturas de huesos, cardenales o moratones…).
§  Relaciones sexuales forzadas que producen dolor y/o infecciones de transmisión sexual.
§  Trastornos asociados a la menstruación (menstruaciones irregulares, dolorosas, retención de líquidos, irritabilidad…).
§  Embarazos no deseados como consecuencia de las relaciones sexuales no consentidas (violaciones). En estos casos, es más frecuente la depresión postparto, la menor duración de la lactancia natural, la escasa ganancia de peso durante el embarazo y es mayor el consumo de alcohol y tabaco que cuando los embarazos son deseados.
§  Abortos espontáneos, interrupciones voluntarias del embarazo y cesáreas más frecuentes que en otras mujeres.
§  El aislamiento de las mujeres de sus amistades, familia, vecindario, asociaciones y grupos sociales. Este aislamiento es una estrategia de los hombres que maltratan para mantener a las mujeres desprotegidas.

La salud de los y las hijas siempre se ve afectada aunque la violencia se dirija a la madre y manifiestan síntomas similares a los de sus madres, como:

§  Lesiones físicas (moratones, heridas, cortes, fracturas de huesos…)
§  Signos de sufrimiento emocional que se puede presentar en forma de eccema, asma, alteraciones del sueño, falta de control de orina y heces, irritabilidad, ira, baja autoestima, ansiedad, depresión, intentos de suicidio…
§  Retraso en el crecimiento.
§  Falta de apetito.
§  Retraso en el desarrollo intelectual, en el lenguaje, y en las habilidades motoras respecto a menores de su misma edad y condición social.
§  Menor rendimiento escolar.
§  Suelen presentar dificultades en las relaciones y manifestar comportamientos de soledad y aislamiento.
§  Pueden aprender a resolver los conflictos mediante la violencia y reproducir los comportamientos de sus progenitores.

Es importante conocer y relacionar estos signos y síntomas y dejarlos reflejados en la historia clínica de la mujer así como de sus hijos o hijas, puesto que este informe médico puede ser el inicio para que una mujer reciba ayuda, junto con el posible parte de lesiones.
Para finalizar quería dejar el dato estadístico que recoge feminicidio.net sobre el número de mujeres que han sido asesinadas y los feminicidios en España en lo que va de año:



Por tanto no debemos olvidar que la violencia de género es un problema de Salud Pública competencia de los profesionales sanitarios, por ello es preciso promover una actitud profesional activa, de alerta y sensibilización frente a este problema que nos compete como personas y como profesionales sanitarios.




Para saber más,

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