Magia, fútbol y salud.

En capítulos anteriores... "Tenemos personas y somos sentimientos" ya hice uso de mi mente masculina para extrapolar a la realidad mis análisis a partir de ejemplos basados en el sexo y en el fútbol. 


En ésta ocasión sustituyo el sexo por la magia...si es que hay diferencia entre ambas disciplinas... Hace algunas fechas acudí a ver el espectáculo de Juan Tamariz "Magia potagia". Cuándo el espectáculo acabó las personas que habían asistido a aquel derroche de prestidigitación salían sonrientes, sorprendidas y con el alma y el espíritu ensanchando.

Por algo se dice que hay que dejarse llevar y ser como niños que se ilusionan. Porque tal vez toda la realidad sea una gran ilusión, una gran ficción y cuándo nos lo recuerdan de manera tan explícita frente a nuestras narices, nuestro entendimiento se ve reducido al espacio marginal de dónde no debiera salir tan a diario. 

El caso es que yo veía aquellas gentes (yo entre ellas) que salían con algunos gramos más de alegría y felicidad en sus vidas y pensaba: ¡Caray! todo ésto por algo más de una hora de espectáculo dónde a ciencia cierta sabemos que todo es una gran mentira pero delante de nuestros ojos nos han mostrado que las apariencias engañan. ¡Han hecho magia! Y acto seguido me vino a la mente lo que a diario se hace en los servicios de salud. ¡Eso sí que es magia, demonios! A diario entran personas en el hospital que están más cerca del allá que del acá y no se sabe muy bien como días, semanas o incluso meses más tarde vuelven a tener una vida como antes de entrar al hospital. Y además, en teoría, todo lo que allí acontece no está basado en una gran mentira o en una gran ilusión sino que presumimos de basarnos en la evidencia, en la ciencia (otro debate para abordar será cuanto de mentira tiene la ciencia o la evidencia... los jardines hay que irlos podando de uno en uno). En resumen, ¡Para magia la que hacemos en los hospitales!

Pueden empezar a sentirse incómodos en sus asientos, pueden empezar a blasfemar contra mi escaso ingenio y soez manipulación. Porque sí, de hecho lo es, yo mismo y mi entendimiento rápidamente me hacen pensar: oiga no es lo mismo la atención sanitaria que el espectáculo y la magia, no frivolice, con las cosas de comer no se juega...


Pero por un momento voy a procurar acallar esa voz de la conciencia para continuar preguntándome: Por qué la gente salía del teatro con una amplia sonrisa, con el alma henchida y la vitalidad renovada, mientras que cuándo se recibe el alta en el Hospital en el mejor de los casos se va uno feliz pero con ese sentimiento de agradecimiento aliviado que bien se resume en "buff de la que me he librado", "he vuelto a nacer", "Gracias Dios por ayudarme" ... Permítanme que lleve la frivolidad hasta su extremo (si es que lo tiene), deberíamos salir del Hospital dando brincos y haciendo el famoso gesto del artista haciendo como si tocará el violín cuando acaba su función y ha conseguido Ilusionar al público.

Pero no sólo extraigo esa moraleja sino que Tamariz continuó su espectáculo dejando otras enseñanzas en un imprescindible corolario que no deberíamos olvidar en nuestro quehacer. Hizo mención a que sus maestros magos le dejaron tres herencias, a saber: la magia es comunicación, se debe transmitir con pasión e ilusión y mantener la humildad para que tu ego no se haga cada vez más grande y más feo. Comunicación, Pasión y Humildad. Tremenda triada. 

Y es que volvemos a situarnos ante la disyuntiva que Kant planteó en sus tiempo y que se conoce por "el como si" . A diario nos manejamos a caballo entre lo qué son las cosas y lo que percibimos, como si éstas guardasen relación. La razón se defiende levantando éste sistema inmuno-lógico como diría  Derrida

"Como si" (als ob en alemán) se tratase de una conclusión aporética: nos vemos interpelados a interpretar una realidad. Hacer una obra de teatro. Somos artífices de lo que nos pasa. O como rezan los frontispicios de la Antigüedad: la actividad humana principal es la "poesis", la creación o si lo prefieren en palabras del  bienlogrado Hölderling:
 "Poéticamente habita el hombre la tierra".

Así pues, recordemos que en nuestro día a día nos hallamos... "Entre dos aguas"

PD. De fútbol... ya si eso tal.

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