¿CUIDAMOS SEGÚN GÉNERO?


Hoy, 8 de Marzo, se celebra el Día Internacional de la Mujer, día que nace a raíz de las valientes protestas de trabajadoras del mundo textil que exigían igualdad, trato digno, jornada laboral de 10 horas y tiempo libre para poder amamantar y criar a sus hijos e hijas. Hoy 8 de Marzo las mujeres trabajadoras continuamos la labor de aquellas pioneras -muchas de ellas perdieron la vida por la causa- y seguimos luchando por la igualdad de género a  nivel laboral, personal y social.

Como enfermera tengo muy claro que nosotras cuidamos y curamos, sin embargo  se ha demostrado que lo hacemos según el género del paciente, es decir, cometemos sesgos de género. Según la asociación norteamericana de mujeres médicas sesgo de género es definido como la diferencia en el tratamiento de ambos sexos con un mismo diagnóstico clínico pudiendo tener consecuencias positivas, negativas o neutras para su salud. Y unos profesionales como somos los sanitarios no podemos permitir semejante disparate, y no solo eso, sino que deberíamos ser ejemplo de la sociedad, y ejercer como profesionales especializados en la materia. Nosotr@s somos parte del avance de la sociedad, como he dicho antes, curamos, cuidamos, pero también educamos a la población.


Creo que todas hemos podido escuchar de nuestras compañeras y compañeros, pacientes, colegas, etc. frases como: “vaya madre está hecha que trabaja fuera y es él quien se ha cogido la baja paternal para quedarse en casa cuidando de los niños/as” o el típico “quita que las mujeres no saben de esto”, o llamar por el nombre y no por el apellido a una mujer (Dr. García y Mónica la médico), preguntar si está casada o tiene hijos/as solamente a las mujeres, entre otras muchas cosas.


Sin embargo yo me pregunto ¿de dónde nace la figura de la enfermera que conocemos hoy en día? Y creo que la respuesta no es otra que de un grupo numerosas mujeres feministas que lucharon por la igualdad y el empoderamiento femenino, que como bien sabemos es ganar poder dentro de la sociedad. ¿Quién, en el gremio, no se ha visto obligado a estudiar a Florence de Nightingale, que se atrevió a viajar sola para estudiar, aprender y trabajar,  e incluso se atrevió a utilizar las matemáticas (reservadas para los hombres en esa época) para crear una profesión de rango científico?, así como la enfermera Margaret Sangef que fue una reconocida activista feminista por los derechos reproductivos de mujeres, o la brillante Elena Arizmendi Mejia, que allá por el 1900 fue precursora de las ideologías y activismo feminista en América latina y en el resto del mundo. Su vida y obra no sólo constituyeron un legado histórico, sino un claro ejemplo para la enfermería sobre la importancia fundamental de una ideología política participativa capaz de transformar nuestra realidad. Por tanto no podemos obviar que somos una profesión con un fuerte pasado revolucionario y feminista.


Por ese motivo hoy tenemos que seguir con  nuestro trabajo diario, tanto en lo público, privado, consulta, unidad, planta, centro residencial, etc. siendo profesionales de los/as buenos/as, sin cometer errores ni sesgos de género. Por ello, os traigo ocho recomendaciones básicas para que así hagamos nuestro trabajo requetebien:


  1. Utilizar lenguaje inclusivo. Tenemos que llamar a los cosas por su nombre, porque lo que no se nombra no existe. Al igual que debemos llamar al paciente por su nombre lo tenemos que hacer con su género. Por ejemplo cuando realizamos el seguimiento de un paciente; “la paciente ha recibido la medicación administrada por la enfermera, refiriendo que se siente angustiada” o cuando realizamos educación para la salud; “ Es importante identificar los síntomas ante un infarto cardíaco en hombres y mujeres ya que difieren según sexo”.


  1. Eliminar estereotipos. No todas las mujeres tienen que saber cocinar, ni todos los hombres, por el hecho de serlo, saben cambiar un enchufe. De igual forma no todas las mujeres manifiestan el dolor de la misma forma, pudiendo ser esta diferente a la de un hombre u otra mujer.


  1. Respeto (siempre) y confianza (no por género). Dentro de nuestra profesión debemos tener respeto a todos/as los/as colegas y superiores, y tratar con confianza a aquellas personas con las que tenemos una relación más estrecha, con esto me refiero a que no por ser médica será más accesible o no por ser celador hombre tengo que tratarle con más respeto.


  1. Hay más de dos orientaciones sexuales e identidad de género. Importantísimo que los sanitarios tengamos claro que existen diversas orientaciones sexuales (ser hombre no es sinónimo de tener una mujer como pareja y viceversa) y que la identidad de género no se distingue por los genitales, como el caso de las personas transexuales.


  1. Existen diferentes tipos de familias. Cuando trabajemos en pediatría, gine, o en cualquier otro servicio donde intervengamos con la familia, por favor, no preguntemos por la mama y el papá, ya que puede ser que haya dos papás, solo una mama, etc.


  1. Romper el techo de cristal. Y es que aun no entiendo por qué si la mayoría de las personas que salen de las escuelas de enfermería son mujeres, la presidencia del Consejo General de Enfermería la ostenta un hombre desde hace muuuuchos años, o por qué no somos las mujeres las gerentas de la mitad de los hospitales españoles. Creo que tanto hombres como mujeres tenemos igual validez para el liderazgo de nuestras profesiones.


  1. El sexo no va unido a proveedor (o no) de cuidados. Todos y todas somos proveedores de cuidados, y por tanto cualquier persona puede contribuir al cuidado de las personas dependientes tanto a nivel familiar como a nivel profesional. De hecho esto es algo que está avanzando muy rápidamente en nuestro medio ya que las actividades domésticas, de crianza y cuidado son cada vez más equitativas entre sexos.


  1. Y por último, saber que cada paciente es “Diferentemente igual”. Cuidemos a cada paciente como personas únicas y completas independientemente de su sexo, género y orientación sexual. Porque somos DIFERENTEMENTE IGUALES.

Y recordemos que el motivo por el que se celebra el 8 de Marzo como Día Internacional de las Mujeres es para seguir luchando para conseguir la igualdad que desde tiempos arcaicos ha robado el patriarcado a paciente,  compañeros/as y a nosotras mismas y ahora podemos recuperar entre todos y todas.


María Luisa Sánchez Barrera
Máster Género y Salud

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