Los hospitales no son para dormir



“Nursing ought to signify the proper use of fresh air, light, warmth, cleanliness, quiet,
and the proper selection and administration of diet – all at the least expense of vital power to the patient.”



Los hospitales no son para dormir. Esta es la conclusión que un grupo de investigadores acaban de publicar en el Journal of Hospital Medicine*. Y es bastante chocante porque la gente acude a los hospitales cuando está enferma, y todo el mundo sabe que, además de una buena alimentación, las medicinas adecuadas y cuidados de calidad, el descanso es parte fundamental del proceso de curación y rehabilitación. Pues parece que no es así.

Hace algunos años, a los hospitales se les llamaba sanatorios, preciosa palabra, por cierto. Eran lugares normalmente aislados de los núcleos de población en los que se procuraba que las personas enfermas “sanaran”. A veces, las más tristemente, este sanar era dificultado por cruentas practicas médicas o por la simple incurabilidad de la enfermedad. Sin embargo, el que podía pagar la estancia en estos sanatorios se aseguraba una dieta adecuada, luz natural y descanso.


                         Sanatorio del Santo Angel en la sierra de Navacerrada (Madrid)
 Para bien o para mal estas prácticas han cambiado y actualmente tenemos a nuestra disposición las mejores medicinas, las más modernas pruebas diagnósticas y los profesionales más preparados, pero privamos a las personas hospitalizadas del tan necesario descanso. Y nos encontramos que la combinación de factores como el dolor, la falta de descanso, la edad avanzada y la desorientación llevan a nuestros pacientes al delirio, entidad patológica que prolonga la hospitalización, incrementa el uso de fármacos y contribuye al deterioro de una situación probablemente frágil ya antes del ingreso.


Hay en marcha algunas iniciativas muy interesantes para tratar de facilitar el descanso. Apagar las luces de 22:00 a 08:00, reducir al mínimo los niveles de ruido durante la noche, facilitar tapones para los oídos y máscaras para evitar que la luz moleste y evitar llamadas telefónicas o alarmas innecesarias durante la noche. A estas medidas hay que añadir una rutinaria valoración y tratamiento del dolor y de los niveles de sedación, así como evitar los abordajes farmacológicos para facilitar el sueño a no ser que resulten absolutamente necesarios.




Y es que cuando las cosas se ponen feas, o hemos llegado tan lejos que todo parece excesivamente complicado, hay que parar, respirar hondo y volver la vista a los sabios. En nuestro caso no hay más opción que recurrir a las sabias palabras de Florence Nightingale para encontrar una respuesta sensata.


"Enfermería debería significar el uso adecuado del aire fresco, la luz, el calor, la limpieza, la tranquilidad y la adecuada selección y administración de la dieta, todo ello al menor gasto de poder vital  para el paciente".







*The Hospital Is No Place for a Good Night's Rest Kamdar BB et al. J Hosp Med 2017 Oct

Comentarios

  1. Si el concepto de la Enfermería de Nightingale es el sustento fundamental de la neonatología, ¿por qué no lo es y no lo puede ser para el resto de edades y fases de la vida?

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