Una palabra lo resume todo: TERROR
Paul Sheldon eras un escritor de éxito y Misery Chastain su gallina de los
huevos de oro. Misery era el protagonista de una larga serie de novelas románticas
que habían enganchado a miles de personas con sus enrevesados argumentos de
amores y desamores situados en la época victoriana. Pero todo tiene un final y
Paul decidió ejecutar su poder omnímodo como creador de su personal universo de
letras y acabar con Misery. Con la intención de pasar página y demostrar al
mundo que era capaz de escribir algo más que romances edulcorados se encerró a
escribir su próxima novela. Con la novela terminada, Paul emprende el camino de
regreso a casa, pero es sorprendido por una tormenta de nieve y sufre un
accidente que lo deja inconsciente en una cuneta con ambas piernas fracturadas.
Afortunadamente Paul es rescatado por Annie Wilkes, una enfermera que lo lleva
a su casa y comienza a cuidarlo. Lamentablemente Annie no utiliza sus
conocimientos de la forma habitual y la situación acaba con el pobre Paul
sufriendo las consecuencias del encierro y de las “terapias” de Annie.
Supongo que el que quiera saber cómo termina esta historia no tiene más que
leer el libro o ver la película, ambas cosas tremendamente recomendables. Lo
que os voy a pedir partir de este punto es que me acompañéis en un ejercicio
mental a través de una de las situaciones más comunes y terroríficas que viven
las personas que terminan en una cama de hospital como es el delirio. Para que
este viaje se haga más llevadero y más real, vamos a aprovecharnos de la
experiencia como paciente de Nancy Andrews, una pintora y dibujante, que en su
blog http://www.nancyandrews.net/delirious.html
nos muestra lo aterrador
que puede ser el mundo desde una cama de cuidados intensivos. Nancy paso dos
semanas en la UCI después de una compleja operación. Su mundo se fue deformando
hasta adaptarse al coctel dolor-privación de sueño-confusion-sonidos
desconocidos-analgesicos. A los pocos días Nancy ya vivía en un infierno del
que le costó meses y largas terapias salir.
Creo que la mejor forma de entender lo que los
pacientes con delirio viven durante su estancia en el hospital es intentar
recrear ese universo en el que la realidad y el delirio se mezclan. Para ello
utilizaremos algunas frases con las que Nancy describe su experiencia en la
UCI.
Era una conspiración. Una red de
predadores sexuales fotografiaba a los pacientes, incluida a mí, en las
posiciones más inapropiadas, y las subían como pornografía a internet. Intentaba
detenerlos…
Yo intentaba salir de la cama,
convencida de que estaba prisionera de forma injusta.
La UCI es una cámara de tortura. Estar
conectado a un respirador es una pesadilla, y te arrebata la capacidad de
comunicarte.
Si estas agitado te atan a la cama para que no te hagas daño a ti
mismo. Posiblemente tengas dolor debido a la enfermedad y recibas potentes analgésicos.
Nunca piensas que acabarás en esa situación.
Las enfermeras estaban implicadas en la red de pornografía y trataban de matarme.
Toda esa realidad se mezcla con alucinaciones.
Ir al escáner en la cama era para mí un viaje hacia la muerte. Me llevaban a
una sala en la que pudiesen ejecutarme sin testigos.
Yo intentaba recoger todas las pruebas,
pero ellas las escondían en los botes amarillos en los que dejaban las agujas y
los bisturís que ya habían utilizado.
Todo esto parece absurdo ahora, pero en ese momento era
real.
Si tuviese que resumir mi experiencia en UCI la palabra
adecuada seria “terror”. Ademas de todas aquellas alucionaciones en las que querían
matarme, había otras en las que veía hormigas en las caras de la gente, cosas
extrañas dentro de los sueros…
En pocas palabras, el delirio es estar muy
enfermo y que te cuide Annie Wilkes en su maravillosa casa.
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