¿Quién teme al lobo feroz?

Allá por el mes de Junio se presentaron candidaturas a la elección de Presidente del Consejo General de Enfermería. A la polémica hay que añadirle que una sentencia judicial apartaba al entonces presidente por no cumplir los requisitos. En resumen, todo el proceso acabo con el mismo presidente que había antes de las elecciones y de la sentencia judicial y de pataletas varias en las RRSS.

Todo este proceso, dicho sea de paso, fue llevado con una sorprendente ausencia de información. Ya que ni el twitter del Consejo General ni el del diario enfermero publicaron nada entre el 2 y el 8 de Junio. Y en la web del Consejo   no apareció más que una escueta nota de prensa sobre todo el proceso electoral. Por mucho desinterés que pudiese tener para los y las colegiadas, sorprende que elegir al Presidente del máximo (valga la redundancia) organismo de representación de la profesión pase casi inadvertido, mientras que sí se publican a bombo y platillo por las redes sociales otras apasionantes noticias (y publireportajes) para la profesión.

A la vuelta del verano las aguas siguieron bajando turbias y entre la #PrescripciónEnfermera y la modificación de los denominados #EstatutosMordaza dejan un panorama cuanto menos confuso, conflictivo y enrarecido, sobre todo para una profesión con una imagen "benevolente e inofensiva".


Llegados a éste punto una se pregunta ¿Quién teme al lobo feroz? y ¿Quién ejerce de lobo feroz en esta película? ¿Quién es el malo? ¿Los malvados organismos unipersonales e institucionales o las perversas enfermeras de base que conspiran contra su jerarquía? 

En cualquier caso, a cuento de qué tanto recelo, tanta suspicacia, enconamiento y litigio. Demostremos madurez suficiente como personas y profesión para entablar un diálogo abierto, sincero y transparente dónde lo único que queremos todas es el beneficio para la profesión y por ende para cada una de nosotras y lo que aún importa más, el beneficio de las personas que son subsidiarias de nuestros cuidados.

No me imagino en el desempeño de mi profesión actuar con tal recelo a diario. No me imagino remitiendo a los clientes a otras instancias para aclararles con transparencia cómo se están gestionando sus cuidados, ni quiero pensar tener que recurrir al gabinete jurídico en cada crítica o cuestionamiento que se realice a mi trabajo. 

Es inoperativo, desesperante y lleva al hartazgo. Salvo, claro esta, que precisamente esa sea la estrategia que se busca: posponer, demorar, derivar...que la orquesta siga tocando mientras el barco se hunde, caiga quien caiga, y mientras las más beligerantes se van silenciando por aburrimiento de predicar en el desierto.

Por favor, trasladen el buen hacer diario de las profesionales a la gestión y a las relaciones entre nosotras mismas y las entidades de representación y/o colegiación. ¡Es un clamor!

Más gestos erráticos dan sensación de una huida, de una falta de afrontamiento, una negación o ganas de ocultar información y falta de colaboración entre nosotras que no redunda en beneficio de nadie.

La ley hindú defiende que todo en esta vida esta sujeto al ciclo compuesto por "Creación-Conservación-Destrucción". Suficiente fatalidad es estar sometido a tal ciclo por naturaleza como para encima agudizar los síntomas y enconarse en una postura rígida y dogmática.

Nadie nos tratará con respeto y reconocimiento si no lo hacemos entre nosotras mismas. 

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