¿Qué es el Mindfulness?

Mindfulness significa prestar atención de manera consciente a la experiencia del momento con interés, curiosidad y aceptación. Este tipo de “atención o conciencia” nos permite aprender de forma directa con aquello que está ocurriendo en el aquí y ahora, es decir, pretende entrenar a los sujetos a fin de que puedan identificar en cada instante sus propias sensaciones, emociones y pensamientos. Su práctica es, en cierto sentido, similar a la meditación. Mindfulness es un método para sosegar la mente, siendo su objeto de estudio las sensaciones, emociones, ideas… que nos ocurran en el presente. Calmar la mente para ver con claridad, sacándolo de su piloto automático. 



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Las investigaciones básicas del mindfulness, plantean cuestiones sobre la naturaleza de la mente y de cómo esta se relaciona con nuestros procesos cognitivos, el cerebro, el cuerpo como un todo, denominado “el yo”. La investigación y aplicación práctica de mindfulness tiene lugar en materias como las neurociencias, la medicina, la psicología, el trabajo social y la psicoterapia. Se presenta a la psicología y, muy especialmente, a la psicología clínica como una alternativa terapéutica, como una nueva técnica de intervención o método clínico, como una filosofía de intervención e incluso de vida. 

Mindfulness puede estar relacionado con otros constructos como la metacognición, conciencia reflexiva y aceptación, habiendo cuestionarios para ser medido, aunque Siegel y Davidson apuntan que la mayor fiabilidad es mediante la práctica: consiguiendo así desarrollar capacidades que se integra como nuevo recurso interno, que nos permite ser conscientes de los patrones reactivos automáticos y evolucionar hacia una relación con la experiencia menos cotidiana y más genuina, aportando al sujeto la capacidad de elaborar respuestas de calidad ante los estímulos. Esto nos aporta repercusiones directas en sus niveles de salud y en sentimiento de bienestar y felicidad. 


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Los beneficios para cualquier persona pueden ser: reducir las distracciones o aumentar la concentración, minimizar los efectos negativos de la ansiedad, aceptar la realidad tal y como es, disfrutar del momento presente, potenciar nuestra autoconciencia, reducir el sufrimiento y evitar o reducir la impulsividad.

Todos estos beneficios no significan que Mindfulness sea una terapia milagrosa ni que deba ser una terapia única, cuando queremos aplicarla a un problema concreto de salud. Debe sugerirse como una terapia complementaria, ya que están descritos numerosos efectos beneficiosos, pero no debemos olvidarnos de las pautas concretas de nuestro profesional de la salud (médico, especialista o enfermero).    
                                        





                                                                                                       Silvia D.
BIBLIOGRAFÍA

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