AUTISMO; EL CAJÓN DE SASTRE.
Según la
Confederación de Autismo España el autismo o TEA (Trastorno del Espectro Autista) es un conjunto de
características y manifestaciones comunes;
a)
Habilidades de interacción
con los demás muy distintas de las habituales, en algunos casos pueden
presentar un aislamiento social importante, o no manifestar mucho interés por
relacionarse con los demás.
b)
Presentan alteraciones de las
habilidades de comunicación verbal y no verbal, que pueden variar desde las
personas que no emplean ningún lenguaje hasta las que tienen habilidades
lingüísticas fluidas, pero no saben utilizarlas para mantener una comunicación
recíproca funcional.
c)
Además, tienen un repertorio
limitado de intereses y de conductas. Pueden presentar los mismos
comportamientos de forma repetitiva, y tener problemas para afrontar cambios en
sus actividades y en su entorno, aunque sean mínimos.
d)
Finalmente, sus capacidades
para imaginar y entender las emociones y las intenciones de los demás son
limitadas, lo que hace que sea difícil para ellos desenvolverse adecuadamente
en el entorno social.
Sin embargo,
al ser un síndrome diagnosticado por una serie manifestaciones clínicas (no se
mide por niveles sanguíneos, escáner, etc) y muy diversas dentro de cada
persona que la padecen en la actualidad existe muchas personas diagnosticadas de
autismo por compartir alguno de estos síntomas y que sin embargo no son
personas con autismo, ya sea porque son personas con déficit de aprendizaje,
TDAH, trastornos afectivos, etc. Si es cierto que este tipo de patologías se
pueden dar en personas con autismo, pero en ese caso hablaríamos de
comorbilidad dentro del autismo, y no TEA en sí mismo.
Por ello nace
la necesidad de un diagnóstico acertado, correcto y más concreto, y eso sin
duda se consigue con unidades más especializadas y profesionales formados e
informados sobre el tema. Existen muchos niños y niñas que están diagnosticados
desde la infancia de persona con TEA y muchos de estos/as no lo son. Siendo
concretos un 30% de los niños/as que acudieron a la unidad de diagnóstico complejo
que existe en Madrid con un diagnóstico de autismo por un facultativo, en
realidad no tenían este síndrome. ¿os imagináis que toda la vida te están tratando tanto farmacológicamente,
terapéuticamente, como en el ámbito educativo sobre algo que no tienes?.
Otro error muy
común, y cada vez más extendido, es pensar que las personas que padecen
autismo, son personas con discapacidad intelectual; error. Las personas con
autismo pueden tener un cociente intelectual alto, normal, límite o bajo,
aunque si es cierto que las personas con autismo tienen el doble de
posibilidades de tener un CI bajo (la mayoria no van a ser Sheldon Cooper).
Al igual que
estaríamos errando si pensamos o afirmamos que las personas con TEA tienen
asociado una enfermedad metal o problemas de conducta, ya que este no es un
signo propio dentro del autismo, pudiendo existir o no. La comorbilidad dentro del autismo es muy
común, y en concreto en lo que respecta a la salud mental (aunque yo creo que
toda la sociedad tenemos asociados muchos diagnósticos psiquiátricos). En
concreto el TEA está asociado con trastornos afectivos, ansiedad, TDAH, TOC,
depresión, etc. Pero es importante que no lo confundamos con síntomas propios
del autismo. Estas enfermedades psiquiátricas en la mayoría de los casos se
hace más patente cuando hay un empeoramiento de la sintomatología nuclear.
Pero para que
este post no se quede solo en una información sin más vamos a dar un pequeño
consejo para ayudar a la calidad de vida de las personas con autismo: ayudar a
crear y favorecer ESPACIOS Y ENTORNOS SALUDABLES. ¿Cómo se hace esto?. Bien,
primero tenemos que entender como es el día a día de una persona con autismo.
Cierra los ojos e imagina que alguien te toca cuando no quieres, te sientes
violentado ¿verdad?. Te mantienes con los ojos abiertos observando luces de
neón que se encienden y apagan; quieres cerrar los ojos, pero no te dejan. Te
hablan en un idioma que no entiendes y te gritan para que lo entiendas o te
reprochan porque no sabes lo que dicen, o te aíslan porque no comprendes. Todo
junto, cada día, todos los días del mes, todos los años de tu vida. Y un buen
día te preguntan ¿tú por qué tienes ansiedad?. Y para que esto ocurra cada vez
menos podemos apoyar a la creación de espacios saludables para evitar:
1-
Las agresiones sensoriales,
dotando a los espacios públicos de salas de silencio y aislamiento sensorial.
Igual que hay salas de lactancia, por ejemplo.
2-
Crear espacios de
escolarización y laborales con horarios adaptados, alejados de las horas punta
de las grandes ciudades (esto ayudaría muchísimo a la conciliación familiar de
la que tanto se habla: doble beneficio)
3-
Enseñar en las escuelas que
hay diferentes modos de comprender y comunicar. Las personas autistas aprenderían
a hablar ‘social’, pero mantendrían su forma de comunicación natural.
4-
Existen pensadores visuales,
y que las señaléticas han de ser gráficas, aunque sin abrumar, porque las
personas autistas tienen otros niveles de percepción de los datos visuales y
otros tiempos de procesamiento para la información inmediata.
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